TODO CAMBIA, TODO FLUYE Y SE DESVANECE, PERO EL MITO DE ORFEO SIGUE GENERANDO NUEVAS LECTURAS Y NUEVAS CREACIONES.
A
pesar del tiempo transcurrido la historia de Orfeo sigue siendo
motivo de admiración y de estudio. El héroe que acompaño a Jasón
como miembro de la tripulación del Argós, no lo hizo por ser
diestro en el huso de las armas. Su habilidad y maestría residían
en su voz y en su lira y con estos instrumentos ha traspasado la
historia y el tiempo.
La
expedición de Jasón tenía por objeto recuperar el vellocino de oro
que había sido robado y trasladado a la Cólquide, al otro lado del
mar Negro. Los mejores hombres de la época participaron en el largo
viaje por el ignoto mar. Durante la travesía tuvo que enfrentarse a
grandes retos y todos los resolvió con sus cantos y su música.
Distrajo a los marineros para que no escuchasen los cantos de las
sirenas y ayudo de forma pacífica a que la expedición llegase a
buen fin.
En
una época donde la fuerza de las armas era la forma habitual de
zanjar las cuestiones, no deja de sorprender que nuestro héroe se
enfrentase a unos retos extraordinarios, esgrimiendo como única arma, una pequeña lira.
He aquí el cambio y lo admirable en Orfeo. En él encontramos un
nuevo paradigma; frente a la tiranía de la fuerza, impuso la belleza
y la armonía del arte.
EL
MITO
Cuentan,
que no solo los hombres se rendían a su música, también las
bestias salvajes quedaban hechizadas e incluso lograba que árboles y
rocas dejaran sus sitios para seguirle y no perderse sus relajantes
cantos.
Fue
considerado como uno de los principales poetas y músicos de la
Antigüedad, el inventor de la cítara y quien añadió dos cuerdas a
la lira: antes, la lira tenía siete cuerdas; la lira de Orfeo,
nueve, en honor a las nueve musas.
Se
le tiene por uno de los primeros pioneros de la civilización,
habiendo enseñado a la humanidad las artes de la medicina, la
escritura y la agricultura. Fundó y desarrolló, muchos cultos
importantes, como los de Apolo y Dionisos.
UNA
HISTORIA DE AMOR
La
historia más conocida sobre Orfeo es la que se refiere a su esposa
Eurídice, que murió al ser mordida por una serpiente mientras
paseaba. Consternado por el dolor,
Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente que
todas las ninfas y todos los dioses lloraron con él, y le aconsejaron que
descendiera al inframundo en busca de su amada. Camino de las
profundidades del inframundo, Orfeo tuvo que sortear muchos peligros. Empleando su música, hizo detenerse los tormentos del inframundo
(por primera y única vez), y llegado el momento, ablandó los
corazones de Hades y de su esposa Perséfone. Éstos permitieron a
Eurídice que volviera con Orfeo al mundo de los vivos, pero con la
condición de que él caminase delante de ella y no mirase atrás
hasta que hubieran alcanzado el mundo superior y los rayos de sol
bañasen su cuerpo.
Cuando finalmente Orfeo y Eurídice llegaron a la superficie, Orfeo
volvió la cabeza para ver a su amada, pero ella todavía no había
sido completamente bañada por los rayos solares, aún tenía un pie en el
camino del inframundo, así que, al mirarla, se desvaneció en el aire, y esa vez fue
para siempre.