Nella Larsen nace en Chicago en 1891. Poco se sabe acerca de la biografía de esta autora del “Renacimiento de Harlem” que triunfó como novelista en los años 20. A la hora de acercarmos a su obra, parece innegable la huella que dejaron en la literatura de Larsen sus raíces de color, y esa pertenencia a un territorio de nadie que oscila entre el origen antillano del padre y el rechazo de la madre blanca. No en vano comienza Claroscuro con una cita de un poeta de Harlem en la se cuestiona qué significa África para todo este colectivo de creadores después de trescientos años de profundo desarraigo.
La historia comienza con el
fortuito encuentro entre dos amigas de la infancia tras más de doce
años sin verse. Nos enfrenta a dos personalidades bien diferentes: la
de Irene Redfield, protagonista bienpensante bajo cuyo punto de vista
se construye el relato, y la de la atractiva Clare. Si Irene representa
la fidelidad a la raza y la búsqueda de la estabilidad con su
familia de color y su hogar en Harlem, Clare Kendry se erigirá en
contrapunto perfecto a la existencia políticamente correcta de su
antigua amiga. De piel casi marfileña y un descaro refinado que la
hace poderosamente atractiva, Clare no duda en huir de casa de sus
tías y hacerse pasar por blanca incluso, ante un marido que, por encima de
todo, “odia a los negros”. Esta actitud supone un auténtico
revulsivo para la mentalidad de la protagonista, que si bien
desprecia la humillación a la que se somete Clare con semejante
pareja, no puede dejar de sentirse seducida por su valentía y su
desprecio a la seguridad establecida. De
esta manera se va conformando un peligroso triángulo en cuanto entra
en escena el hastiado marido de Irene que, insatisfecho por la vida
que su esposa le ha organizado y por la convencional educación que
pretende dar a sus hijos, encuentra en su amiga la alegría de un novedoso giro circunstancial.
Con gran habilidad la autora introduce un
inocente gesto como punto de inflexión que dará un viraje de 180
grados en el personaje de Irene, precipitando entonces que la
moderada madre de familia entre en un círculo de paranoicas
conjeturas que tiñen de oscuridad cada uno de sus pensamientos. El
conflicto de identidad al debatirse entre la fidelidad a la raza o a
los deseos individuales, la reflexión sobre lo que significa ser
madre, o sobre las máscaras que nos construimos para cumplir con el
rol que los demás esperan de nosotros. La libertad, en fin, son
asuntos universales que Larsen nos deja sobre el papel. Todo
ello aderezado por una trama que te atrapa desde la primera página,
y que seguro cautivará a los lectores de hoy como ya sucedió en
1929 cuando Claroscuro fue publicada por primera vez.