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jueves, 28 de mayo de 2015

LOS ORÍGENES. NACIMIENTO DE LOS MITOS

Sus raíces se encuentran en el lejano pasado, en las gentes que poblaron la Grecia del Neolítico, mucho antes de que se instalara en ella el pueblo griego (hacia el 2.000 a. C.). Desde aquel lejano pasado, las palabras: mito y  religión vienen unidas. Los habitantes de esta zona, fueron los primeros en conocer el arte agrícola, la cebada y el trigo eran cultivados en las tierras que rodean al Mediterráneo. La religión de estos pueblos tuvo su origen en los cultos y en las creencias ligadas a la vida cotidiana y a la agricultura. Las gentes dirigían sus plegarias y sus ofrendas a las fuerzas sobrenaturales que aseguraban la fertilidad de la tierra y la fecundidad de la vida en la naturaleza, veneraban a diosas que representadas toscamente, resaltaban sus abultados vientres simbolizando la abundancia de la Tierra.
 
Diosas y venus del Paleolítico


En el panteón cretense que también ejerció una profunda influencia en el pueblo griego, se observa un claro predominio de las  diosas sobre los dioses. El modelo de la "Gran Madre" se impone, pero la fuerza generadora de la tierra aparece repartida entre muchas divinidades. Están ligadas a animales o vegetales y mantienen relaciones de privilegio con las cimas de las montañas, con los ríos y manantiales, y con el mar. Así, aparecieron los dioses simbolizados (como el toro que encarna el principio generador macho)  y numerosos demonios que los acompañan para servirlos.

Tras la conquista de  Grecia por el pueblo griego, de origen indoeuropeo, hace que las costumbres religiosas tomen un nuevo giro. Ellos, los griegos, traen sus propios dioses, que se componen mayoritariamente de divinidades masculinas descendientes de Urano (del cielo), a las que se les pedía protección, ya que estos pueblos seminómadas y dedicados a la caza se movían por los amplios espacios de la estepa. Las divinidades masculinas de los griegos se fundieron y convivieron con las diosas femeninas de la fertilidad que eran las adoradas en todo el Oriente Medio; y como todos sabemos han perdurado hasta nosotros, pero con una salvedad. El dominio de los dioses sobre las diosas. Estas últimas fueron desarrollando actitudes más pasivas, frente a un mayor protagonismo de los dioses. 
El oráculo de Delfos compitió en popularidad con el de Eleusis, Y Deméter hermana de Zeus, paso a  ser esposa de éste.
La referencia más antigua se encuentra en el Himno Homérico a Deméter

Tablillas muy anteriores a los poemas homéricos mencionan los nombres de Zeus, Poseidón, Perséfone, Atenea, Dionisus, Hera. El panteón griego estaba organizado como una familia y junto a los dioses y diosas aparecían un conjunto de seres variados: sirenas, esfinges, hidras, quimeras que procedían de Creta y de Oriente.

La religión griega dotó a sus dioses y a sus mitos de una riqueza excepcional. Tan fascinante que todas nuestras manifestaciones culturales y artísticas, especialmente la literaria, se han inspirado y lo siguen haciendo aún hoy en ellos.


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