El blog de Teresa. teresamonterde.blogspot.com

viernes, 15 de mayo de 2015

EL FANATISMO DEVUELVE A KABUL A LA EDAD MEDIA

 






 


   Mal van las cosas en el mundo, y peor aún para nosotras las mujeres, cuando los terroristas enarbolan la bandera de la religión. 

El pasado mes de marzo nos conmocionó la noticia. Una joven afgana fue asesinada por los métodos más ancestrales y sádicos: apedreada, golpeada y finalmente quemada y arrojada al río. Acusada de blasfemar y de haber quemado el libro del corán. 

Por muy sagrado que el libro pueda ser, ¿no debería ser mucho más sagrada, una vida humana? Pues en pleno siglo XXI para los fanaticos del islam aún no lo es.

Posteriormente se ha sabido que la joven, no solo no quemó el corán sino que fue injustamente calumniada por un mulá, sacerdote del culto islámico, que habiendo sido afeado poco antes por la joven, por aprovecharse de la ingenuidad de otras mujeres al quererles vender fetiches religiosos ajenos a la fe y a las enseñanzas coránicas. Este clérigo corrupto, al ver que su negocio se podía venir abajo y ante la superioridad de razonamientos y de moral  de  Farkhunda, (pues así se llama la joven asesinada) optó por lo fácil: Una mujer...  que me cuestiona a mi.... Por utilizar la difamación, no sería la primera vez que lo hacía, a sabiendas de que nadie pondría en duda su palabra. Se fue hacia unos jóvenes diciendo: Esta mujer ha blasfemado contra Alá, ha quemado un corán. Y la cuadrilla empezó a golpearla hasta darle muerte.

Mal nos han tratado siempre a las mujeres los ministros de las diferentes religiones. Las mujeres de Occidente no hemos olvidado, las cazas de brujas practicada por la religión católica; esos tribunales compuestos por hombres, los inquisidores y los encargados de ejecutar los "supuestos delitos". 
La hoguera, el tormento, solía ser el castigo ante cualquier comportamiento independiente, ante cualquier salida de la senda marcada por la tradición patriarcal, ante cualquier  atisbo de inteligencia, o de rebeldía en la mujer.
Es triste decirlo, pero...  pese a que las religiones  cuentan en todo el mundo con millones y millones de fieles y devotas feligresas, las iglesias y su clero siguen siendo profundamente patriarcales y misóginas.

 Como dice la escritora iraní Bahiyyih Nakhjavani. "Consciente o inconscientemente, los lideres religiosos de toda laya, llevan más de 6.000 años dedicándose incansablemente a sancionar y legislar el sometimiento de la mujer, en lugar de difundir las enseñanzas espirituales del hinduismo, el judaísmo, el budismo, el cristianismo y el islam" Las mujeres no pueden destacar por sus conocimientos o inteligencia,  esa parcela como otras muchas se la han reservado algunos hombres para ellos.

Bien, ante estos hechos yo comparto el estupor, la ira y la desilusión que sienten las mujeres de Kabul.
Cubiertas con la máscara ensangrentada  de Farkhunda, impidieron la asistencia  y  el  oficio del ulema, (del clérigo)  y no permitieron que fuesen los hombres los portadores del féretro, como parece ser costumbre también allí.

No debería ser la religión la receptora de la piedad, los derechos o  la devoción, estas cualidades solamente pueden estar dirigidas a las personas, y cuanto más vulnerables sean éstas, mayor debería ser también nuestro respeto y nuestra protección.

Las personas que matan en nombre de dios o de una religión, no son ni devotas ni religiosas, son malas bestias, que no dudan en utilizar la fuerza y la violencia para sus fines  más ruines.
Justicia civil para las mujeres que son víctimas de la ortodoxia religiosa y de las costumbres patriarcales.