El blog de Teresa. teresamonterde.blogspot.com

domingo, 3 de mayo de 2015

¡¡EVOHÉ, EVOHÉ!!

                            La buena vida vuelve a la tierra

Exclaman las ménades, sátiros, ninfas, al paso de Dioniso/Baco. Tanto en Grecia como en Roma ¡¡EVOHÉ!! Es el grito de júbilo y alegría ante el dios que mitiga el dolor y provoca el olvido.



     A mediados de marzo, cuando termina el invierno y la vida vuelve a la Tierra, tienen lugar los festejos. Dioniso sale de la tierra como Perséfone y Deméter y son aclamados por todos sus seguidores. Durante varios días la fiesta no tiene fin. Se come y se bebe sin freno, celebrando la vida y la abundancia que ésta genera.

     La naturaleza renace y el esplendor de la vida lo llena todo. Los hombres y las mujeres de la Tierra se sienten de nuevo contentos por el acontecimiento y dan gracias: ¡¡Evohé, evohé!! Se acabo el doloroso invierno, la buena vida ha regresado. Que empiece el carnaval. Las mujeres salen a los montes, a los caminos, bailan y beben y esperan tener relaciones amorosas con los dioses y ser fertilizadas por ellos. 
    
     El investigador Barry Powell cree que las nociones cristianas de comer y beber la «carne» y la «sangre» de Cristo fueron influidas por el culto a Dioniso.
      El griego Eurípides a través de su obra "Las bacantes" nos ha transmitido parte de estos cultos eleusinos.

    La Tribu de Rorro, amiga de fiestas, jaranas y demás, conmemora la llegada de la primavera, del buen tiempo, y al igual que los antiguos decide tomar este grito de alegría ¡¡Evohé!! como seña de identidad. 

    Que el dios de la vid y de la yedra, del delirio, del entusiasmo y del éxtasis, nos proporcione la alegría y nos acompañe siempre.

 ¡¡Evohé!!, será a partir de ahora nuestro grito festivo y entusiasta.