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sábado, 28 de abril de 2018

EL CINE DE INGMAR BERGMAN, CUANDO SE CUMPLEN CIEN AÑOS DE SU NACIMIENTO.


     Deseo hacer notar mi admiración por toda la obra del director sueco. Creo que su filmografía es un gran mosaico donde puede verse reflejada la sociedad que le toco vivir y que en parte aún vivimos. Admirador del confort y bienestar de la clase burguesa, a lo largo de su dilatada obra trato un amplio abanico de temas: el sentido de la vida, la muerte, los trabajos, los vicios, la religión y las costumbres. Trató de  todo aquello que en el intrépido siglo XX fue motivo de reflexión y de conflicto. El lujo y las contradicciones de la burguesía sueca y europea están bellamente plasmadas en muchas de sus obras. Convenciones sociales, doble moral, soledad y todo aquello que puede ser motivo de conflicto y de éxtasis entre hombres y mujeres. A través de sus películas y con imágenes y diálogos potentes y muy bellos, podemos seguir los últimos setenta años del siglo pasado en Occidente.

Liv Ullmann,  esposa y musa de Bergman.

        Segundo hijo de un pastor luterano, Ingmar Bergman, nació en Upsala, Suecia en 1918. Su educación estuvo condicionada por la moral  religiosa luterana: «Casi toda nuestra educación estuvo basada en conceptos como pecado, confesión, castigo, perdón y misericordia, factores concretos en las relaciones entre padres e hijos, y con Dios», escribe en sus memorias. «Los castigos eran algo completamente natural, algo que jamás se cuestionaba. A veces eran rápidos y sencillos como bofetadas y azotes en el trasero, pero también podían adoptar formas muy sofisticadas, perfeccionadas a lo largo de generaciones»

De la película, Fanny y Alexander.

      La extensa carrera cinematográfica de Bergman, (se cuentan más de cincuenta filmes) comenzó en 1941 trabajando como guionista. Su primer guión lo concibió en 1944 a partir de un cuento suyo, Tortura (Hets), que fue finalmente un filme dirigido por Alf Sjöberg. El éxito internacional de Tortura le permitió a Bergman iniciarse como director, un año después, con Crisis. Durante los siguientes diez años escribió y dirigió más de una docena de películas, que incluyen "Llueve sobre nuestro amor" y "Prisión" en 1949, y "Noche de circo" y "Un verano con Mónica" ambas de 1953.
      Curiosamente, el primer reconocimiento internacional, tanto de público como de crítica, se dio en países periféricos de la industria cinematográfica, con la exhibición de (Juegos de verano en España y Juventud divino tesoro en Uruguay y Argentina) en el Festival de Cine de Punta del Este de 1952. El éxito obtenido en ese festival fue muy anterior a su reconocimiento internacional en Europa y América del Norte. 
     Son tantas sus películas que me detendré solamente en alguna de ellas. Las que he visto más recientemente y más me han gustado. 

El caballero juega al ajedrez con la muerte.

       El séptimo sello, de 1957 es una de esas películas emblemáticas de Ingmar Bergman con Max von Sydow y Bibi Andersson en el reparto. La película aborda algunos de los temas que caracterizaron la primera época de Bergman como el sentido de la vida, la muerte o el silencio de Dios.
De regreso de las Cruzadas, un caballero, Max von Sydow encuentra a su tierra arrasada por la peste negra, y en una playa se encuentra con la misma Muerte, quien lo desafía a una partida de ajedrez. Naturalmente su vida dependerá de ella. 
 
Victor SjÖstroöm, Bergman y Bibi Andersson en Fresas salvajes.
 
      Fresas salvajes, es una película sueca de 1957 con guion y dirección de Ingmar Bergman. El reparto incluye a Victor Sjöström, en la que sería su última aparición en el cine, como el personaje principal; y varios de los actores recurrentes en las películas de Bergman como Bibi Andersson, Ingrid Thulin, Gunnar Björnstrand y Max von Sydow.
Su título en sueco, "Smultronstället", esconde una clave interpretativa que pasa desapercibida para el público no escandinavo: en Suecia suele decirse que "toda persona tiene un pequeño rincón de frutillas silvestres" en el sentido de un lugar especial en el que se siente feliz. 
 
Harriet Andersson junto a sus hermanas, Ingrid y Liv, detras Kari, la criada.

 
      Gritos y susurros, es una película de 1972 de género dramático con guion y dirección de Ingmar Bergman, y con Harriet Andersson, Kari Sylwan, Ingrid Thulin y Liv Ullmann en los papeles principales. El largometraje, ambientado en una mansión de finales del siglo XIX, trata sobre tres hermanas, una de ellas con un cáncer terminal, y una sirvienta. La sirvianta (Sylwan) se mantiene cercana a ella, mientras que las otras dos hermanas (Thulin y Ullmann) mantienen su distancia emocional la una con la otra.
     Su estreno constituyó uno de sus mayores éxitos de crítica y público en España, y es el filme de madurez más celebrado de su director. Feroz diatriba sobre la muerte y la incomunicación, sobre el valor de la vida y las convenciones sociales siempre castradoras, es uno de esos filmes difíciles de olvidar. 
 
Johan y Marianne en una escena del film.
 
     Secretos de un matrimonio, Se filmó en 1973 con Liv Ullmann y Erland Josephson en los papeles principales. Obtuvo un considerable éxito internacional, incluyendo premios como el Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera.

Johan y Marianne parecen llevar un matrimonio feliz desde hace diez años, pero los conflictos básicos de la relación salen a la superficie. El matrimonio formado por Johan, profesor de psicología, y Marianne, abogada, recibe una noche en su casa la visita de sus amigos, Peter y Katerina. Al poco tiempo de estar juntos, éstos empiezan una fuerte discusión en la que Johan y Marianne intentan mediar, sin éxito alguno. Cuando se quedan solos, Johan y Marianne piensan en todo lo que a ellos les pasa y en su matrimonio, que ya dura diez años.
 
Los niños junto a su padrastro.

     Fanny y Alexander, su última película de 1982, Ganadora de 4 Oscar, BAFTA, Globo de Oro y galardón de prensa en Venecia, es según él mismo, su ensayo más personal y biográfico. En ella se narran las desventuras de los hermanos Fanny y Alexander, dos niños testigos del crecimiento y crisis de una familia sueca de finales del siglo anterior, y en donde el autor aborda tanto las relaciones de sus miembros como los conflictos financieros y laborales. Hasta la muerte del patriarca y el casamiento de la madre con un estricto pastor luterano de doble moral, la vida había sido un paraíso, pero la nueva casa y sus nuevos parientes serán demoledores.
Es a través de la visión del pequeño Alexander, donde se empieza a conocer la atmósfera cerrada y pecaminosa de la casa del obispo, su padrastro. Los castigos y las humillaciones harán volar la imaginación del niño hasta el delirio, hasta lo inimaginable.



domingo, 22 de abril de 2018

EL NUEVO PARADIGMA: LA MODERNIDAD.

     La modernidad surge en el siglo XV a consecuencia de los cambios emblemáticos ocurridos a nivel mundial: Descubrimiento de América, Caída del Imperio Romano de Constantinopla, Reforma Protestante, desarrollo de la imprenta y de la Revolución Científica. A nivel social e históricamente hablando no se llega a la Modernidad con el final de la Edad Media, sino tras el cambio o transformación de la sociedad rural, tradicional, en la sociedad industrial y urbana moderna tras la Revolución industrial y el triunfo del capitalismo.


    El nuevo paradigma potencia la razón sobre la religión. Se crean instituciones estatales para ejercer el control social. Constituciones que garanticen y protejan las libertades y los derechos de todos los ciudadanos. En esta época se permite la prosperidad de nuevas clases sociales y la marginación de otras. Se industrializa la producción para aumentar la productividad y la economía. La Modernidad es también una etapa de cambios, de reajustes y actualizaciones constantes. Se pone la mirada en el porvenir frente al pasado y la racionalidad de las acciones pasa a ser el motor de entendimiento entre las personas.
    La modernidad supone una nueva posibilidad de cambiar las reglas del juego de la vida social. Y también la posibilidad de cambio del conjunto de las condiciones políticas y materiales que permiten pensar y reflexionar sobre la emancipación de las tradiciones, las doctrinas y las ideologías de la cultura tradicional.
    El humanista y pensador italiano, Giovani Pico della Mirandola (1463/1494) es el mejor representante de la Modernidad.
    Cuando Dios terminó la creación del mundo, empieza a contemplar la posibilidad de crear al hombre, cuya función será meditar, admirar y amar la grandeza de la creación de Dios. Pero Dios no encontraba un modelo para hacerlo. Por lo tanto se dirige al primer ejemplar de su criatura, y le dice: "No te he dado una forma, ni una función específica, a ti, Adán. Por tal motivo, tendrás la forma y función que desees. La naturaleza de las demás criaturas la he dado de acuerdo a mi deseo. Pero tú no tendrás límites. Tú definirás tus propias limitaciones de acuerdo con tu libre albedrío. Te colocaré en el centro del universo, de manera que te sea más fácil dominar tus alrededores. No te he hecho mortal, ni inmortal; ni de la tierra, ni del cielo. De tal manera, que podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos."
    El 17 de noviembre de 1494 Pico fue envenenado en extrañas circunstancias. probablemente por el sucesor de Lorenzo, Pedro II de Médici.