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martes, 27 de julio de 2021

UNA FOTOGRAFÍA ANTIGUA

Encontré la foto en internet y la reconocí enseguida. La miro con atención y veo la tristeza reflejada en sus ojos. 

 Cuántas preguntas y recuerdos se me ocurren ahora, cuántas me hubiese gustado hacer, sobre esta foto y otras muchas cosas a mi madre. 

 Ella está en el centro, un poco ajena a ese momento de ser fotografiada. A su espalda se encuentran sus hermanos: el mayor, que apoya su brazo izquierdo, y gran parte de su cuerpo en su hombro, tiene una expresión de alegría relajada, incluso diría que se le ve feliz. Va vestido de militar. Se quedó en el ejército después de acabada la guerra y vendría de permiso, así que su contento parece justificado. 

Ha venido para ver a los padres, los hermanos, la gente que conoce..., ver como la vida sigue en el pueblo sin él. La foto se haría a principios de los años cuarenta, el hijo mayor vuelve a casa una vez terminada la guerra; sano y salvo sin más heridas que las cicatrices internas, esas que todo joven va acumulando hasta la madurez. 

 La otra mano, la derecha, se posa abiertamente sobre el hombro de su pequeño hermano . No tendrá más de ocho o diez años, aún es un niño. Quizás solo lo recordaba por los comentarios que se hacían en casa, por los ruegos que su madre hace a Dios cada día con la esperanza de volverlo a ver. Por la añoranza y las lágrimas de todos también. El hermano mayor, el que todos pensaban que sería el apoyo, la ayuda de la casa y el sostén de sus hermanos, ha vuelto. Sí, ha venido, pero se volverá a marchar pasados unos días otra vez. 

 Aquí, en el pueblo, la vida tampoco debió haber sido fácil. Las mujeres, los viejos y los niños tuvieron que hacerse cargo de las huertas, del campo, de sacar la cosecha, de todo..., un año más. Se que mi madre no se quedó atrás en el trabajo del campo, ayudando a su padre ya mayor. No fue mi madre quien me contó todo esto, no tuvo ni tiempo ni ocasión. Le tocó la posguerra, la emigración y una muerte temprana que nos la arrebató. Fueron otros los que me hablaron de ella, de su trabajo en el campo, de su tenacidad, de su buena disposición... Aquellos que la conocieron y trataron en aquellos años y que quizás les unía una gran amistad. 

 El joven de la derecha era el marido de la mayor de mis tías, o quizá solo era el novio. No sé si se habrían casado ya. En la foto ya parece ocupar un puesto de peso en la familia. 

Mi madre nació en 1923, en octubre, así que en 1940 tendría 17 años; y si fue en el año cuarenta y dos, 19 primaveras. Quién fue el que dijo aquello de que la juventud es la mejor de todas las épocas de la vida. Otra mentira más de las muchas que se dicen a los jóvenes cuando no se tiene algo mejor que decir. 

En fin, ver esta fotografía me ha traído estos recuerdos, y la triste mirada de mi madre me han hecho pensar en la dureza, en la fealdad que la vida tiene a veces. Pese a todo, me dio mucha alegría encontrar en internet esta bonita foto de mi madre y sus hermanos.