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miércoles, 4 de marzo de 2015

OLIVER SACKS

Se despide tras anunciar un cáncer terminal

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 Titulada De mi propia vida, en homenaje a la autobiografía que escribió el filósofo David Hume cuando supo también que padecía una enfermedad sin cura, su despedida está llena de optimismo: “Me encuentro intensamente vivo y quiero y espero que el tiempo que me quede por vivir me permita profundizar mis amistades, despedirme de aquellos a los que quiero, escribir más, viajar si tengo la fuerza suficiente, alcanzar nuevos niveles de conocimiento y comprensión. Esto incluirá audacia, claridad y hablar con franqueza; trataré de ajustar mis cuentas con el mundo. Pero también tendré tiempo para divertirme (incluso para hacer alguna estupidez)”.

Sacks explica que en abril publicará sus memorias y que tiene otros cuantos libros a punto de ser terminados. El escritor confiesa que no piensa dedicarse a nada que no considere esencial, que no quiere perder el tiempo. “No puedo decir que no tenga miedo. Pero mi sentimiento predominante es el de la gratitud. He amado y he sido amado; he dado mucho y me ha dado bastantes cosas; he leído, viajado y escrito”.
En una entrevista con este diario en 1996, con motivo de la publicación de Un antropólogo en Marte, Sacks habló precisamente de la relación de los pacientes con la enfermedad.  "Para mí es fundamental la relación que se establece entre enfermedad e identidad y la forma en que la gente reconstruye su mundo y su vida a partir de esa enfermedad", explicó. "Todos los casos que expongo en este libro han descubierto una vida positiva que surgía tras una enfermedad. El pintor que tras perder la visión del color no desea recuperarla. El ciego de nacimiento que recobra la vista hacia la mitad de su vida y no puede soportarlo. La mujer autista que encuentra en el autismo una parte de su identidad... Pero no quiero parecer sentimental ante la enfermedad. No estoy diciendo que haya que ser ciego, autista o padecer el síndrome de Tourette, en absoluto, pero en cada caso una identidad positiva ha surgido tras algo calamitoso. A veces, la enfermedad nos puede enseñar lo que tiene la vida de valioso y permitirnos vivirla más intensamente".