El blog de Teresa. teresamonterde.blogspot.com

jueves, 4 de agosto de 2016

LOS PEQUEÑOS PLACERES DE LA VIDA.


Cómo convertir cada vida en una obra de arte.
 


   Las familias que se sienten más satisfechas son las que tienen las mejores relaciones interpersonales, dice el autor, y ese es un camino que se debería explorar. Una célula sólo puede vivir si establece una conversación con las células de alrededor, y al ser humano le ocurre lo mismo.
  Una gran revolución en la historia de la humanidad tuvo lugar cuando los hombres y las mujeres comenzaron a hablarse y a escucharse. Las mujeres comenzaron a abrir sus bocas y a no cubrir sus caras, a expresarse y a ser escuchadas. Eso supuso que comenzásemos a conocernos mejor, porque en esos terrenos es cuando descubres la verdad sobre la gente; en la vida privada no puedes decir mentiras porque si lo haces queda destruida del todo.
 
    Cómo podrían hallar formas menos convencionales de expresar su desaliento los despreciados, los rechazados, los traicionados? ¿De qué modo las disputas entre, y dentro de países, religiones y temperamentos podrían dar paso a una nueva actitud frente al desacuerdo? ¿Cómo puede el humor erosionar más eficazmente la hipocresía? ¿Cómo puede el anhelo de belleza ayudar a convertir cada vida en una obra de arte? ¿Cómo conseguir vivir en plenitud?
 
    Zeldin nos invita a mantener una conversación pausada y fecunda con el contenido de cada capítulo. Porque, como sostiene el propio autor, el hallazgo de vínculos insospechados entre individuos diferentes, entre opiniones aparentemente incompatibles y entre el pasado y el presente constituye uno de los primeros pasos en la senda que conduce a los placeres ocultos.