Basta ya de muertes, de violencia por ejercer el derecho a disponer de nuestro cuerpo y nuestra vida. Vivir debería de ser una actividad gozosa para todos, hay recursos y riqueza suficientes, no permitamos que los intereses y el dinero sigan segando más vidas.
Otra mujer asesinada a manos de quien, supuestamente le había prometido amor y respeto. ¿Qué ideas, qué creencias se esconden detrás de tantas muertes y de tanta violencia? Las viejas costumbres siguen imperando a pesar de las nuevas legislaciones: "Ante la ley hemos conseguido una aparente igualdad" pero la realidad del día a día es otra: Trabajos mal pagados y escasos, hijos por atender, ninguna ayuda económica por dedicación a hijos y hogar; guarderías de horarios incompatibles..., y un largo etc. que no hacen fácil conciliar la vida familiar y la del trabajo. Por otro lado seguimos conservando los ideales patriarcales y machistas que hacen aún más difícil el despegue, el desarrollo y la plena autonomía de la mujer como persona de pleno derecho.
Muchas
cosas en nuestra cultura han quedado obsoletas, necesitamos un soplo
de aire nuevo que se lleve, que arrastre tras él siglos y siglos de
prepotencias y paternalismos. Necesitamos no sólo leyes justas que
protejan a los más vulnerables, necesitamos un cambio profundo en
nuestra forma de pensar y de actuar. La infancia no puede estar
sometida a los vaivenes circunstanciales de una familia sin recursos;
no podemos malograr existencias apenas iniciada su andadura; estamos
en el siglo XXI, Hay comida para todos, trabajo, si no lo hay..., se
reparte, se reducen los horarios. Tenemos médicos y profesores
capaces de atender las necesidades de todos. ¿Qué es lo que
falta para que el sistema funcione? ¿interés por el bien común? o
más bien ¿el deseo de mantener a un número ilimitado de personas
en situación dramática..., y capaces de cualquier cosa por muy
poco...? Más me parece esto último.
Vivimos en una sociedad donde
el dinero se regala a los amigos políticos, a los bancos a las
instituciones y a las grandes empresas... Pero no a la gente que
trabaja, no a los que día a día con su esfuerzo y dedicación
mantienen el equilibrio del país con su trabajo. Necesitamos
salarios justos, dignos, que permitan vivir acorde con los tiempos y
las necesidades del momento. No dejar a las mujeres sin recursos
cuando no cuentan con bienes propios ni con trabajo remunerado. Estoy
convencida de que es la falta de recursos económicos la gran
causante de la violencia contra las mujeres. Si la mitad de la
población, es decir, las mujeres, seguimos estando en situación de
riesgo y de pobreza, nada funcionará.
Reclamamos: igualdad salarial, aumento de oportunidades y
reparto equitativo de la riqueza, visibilidad social y política, y
algo más importante aún: credibilidad. Nuestra palabra y nuestra
historia es igual de valiosa y tan respetable como la de los
compañeros hombres.
Las
mujeres somos seres humanos libres, no pertenecemos ni somos
propiedad de nadie. Otorgamos nuestro amor y cariño de forma
voluntaria y libre, y los retiramos ejerciendo nuestra libertad
personal, cuando nos parece oportuno. Si decimos: no, ¡es no!
Y cualquier otra interpretación debe ser considerada como una
agresión.
Muchas
son las mujeres que mueren cada año asesinadas a manos de sus novios
o maridos cuando éstas deciden abandonarlos. Ellos, que parecen
creerlas de su propiedad, ejercen su fuerza y su dominio. Aún hay
quien cree que la mujer no puede disponer de su cuerpo o de su vida
libremente; aún hay quien cree qué..., o estas conmigo, o estas
muerta ¡Terrible, increíble, pero real!
Según datos de Amnistía Internacional, desde el 1 de enero de 2003
hasta el 21 de abril 2017, y son datos de España, 890 mujeres
han sido asesinadas por no querer, por negarse a seguir formando
parte de un matrimonio o de un noviazgo; por ejercer su derecho a una
vida libre y digna.
Vivir debería de ser una actividad gozosa para todos, hay recursos y riqueza suficientes, no permitamos que los intereses y el dinero sigan segando más vidas.