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jueves, 12 de noviembre de 2015

"EL HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS": UNA NOVELA SOBRE LA TRAGEDIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA


Leonardo Padura acaba de recibir en España el Premio Princesa de Asturias de las Letras.




Un escritor frustrado rememora un episodio de su vida ocurrido tres décadas antes. En una playa cubana conoce a un enigmático hombre acompañado de dos galgos rusos. Después de entablar una progresiva amistad, este le contará una historia confidencial cuyos protagonistas serán el político y teórico revolucionario soviético León Trotsky y su asesino Ramón Mercader.


ARGUMENTO
El hilo narrativo nos lleva hacia dos “herederos” puestos en esta historia. De un lado, la víctima, León Trotsky; el personaje al que propios y extraños mencionaban junto con Lenin, entre 1917 y 1923, como los dos líderes más importantes de la revolución rusa. Del otro, el verdugo, Ramón Mercader; un vástago de la burguesía catalana, hijo de una mujer atormentada convertida a la fe que venía de Moscú y enamorado de África de las Heras; una militante que ponía “la causa” por encima de cualquier otra consideración. El autor, Leonardo Padura, penetra en la hasta ahora somera biografía de este último personaje; Ramón Mercader. Pero la trama tiene más hilos; el lector se enfrenta a esta página clave de la historia del siglo XX, contada desde la perspectiva de una revolución que sufrirá un proceso de desnaturalización extrema en un país donde la tradición zarista y oscurantista se reencarnará en una burocracia que –como tantas veces sucede- travestida con los oropeles de la revolución, será férreamente controlada por un personaje como Stalin, una de las figuras más siniestras de la larga historia de la infamia. El autor emprende este viaje con la perspectiva que permite el final del siglo soviético y con la ayuda inexcusable de autores como Isaac Deutscher; autor de una trilogía inacabada con retratos de Stalin, de Trotsky, y un Lenin que no pudo acabar por su temprana muerte. 
Los lectores de Deutscher (1) lo sentimos respirar a lo largo de esta evocación en la que se describen las luchas por el control de la gran maquinaria estatal soviética y del movimiento comunista internacional, cuyo aliento magnífico de los primeros años será sustituido por la ascensión de una nueva tribu de “comunistas”, cuya primera divisa será la obediencia ciega a una pirámide cuyo centro incuestionable está en Moscú.


             Pepe Gutiérrez-Álvarez        FUNDACIÓN ANDREU NIN