Los reyes del otoño.
Son muchas las especies que
forman la familia del roble, por eso el color de las hojas depende de
cada género y abarcan todos los tonos característicos de la
estación: desde el amarillo hasta el rojizo, pasando por las gamas
de anaranjados y marrones.
A lo largo de la historia,
el roble ha sido y es uno de los árboles más queridos por el
hombre. La belleza de sus bosques, la majestuosidad de su porte, su
preciada madera y la abundancia de los robledos, todo ello hace de
este árbol todo un símbolo, una identidad. En latín roble y fuerza
se expresan con la misma palabra: robury simboliza tanto la
fortaleza física como la moral.
Los druidas lo consideraban
divino, era el árbol supremo, representante de los mayores valores
del ser humano entre los que destacaba la valentía, el esfuerzo y la
inteligencia.
La importancia del roble va
mucho más allá que la utilidad de su madera. La imagen de este
longevo árbol es grandiosa con recias ramas que se elevan al cielo.
Para todos los pueblos que lo han conocido constituye un sinónimo de
fuerza, de no dejarse doblegar ante ningún obstáculo.
Para saber más: Miguel Herrero Uceda,El alma de los árboles