Una larga carretera
entre grises peñascales,
y alguna humilde pradera
donde pacen negras vacas. Zarzas, maleza, jarales.
Está la tierra mojada
por las gotas del rocío,
y la alameda dorada,
hacía la curva del río.
Tras los montes de violeta
quebrado el primer albor;
a la espalda la escopeta,
entre galgos y podencos, caminando un cazador.
Antonio Machado teresamonterde.blogspot.com