El vino nos inicia en los misterios de la tierra, en las ocultas riquezas minerales.
"Una copa de vino bebida a medio día, a pleno sol, o bien absorbida una noche de invierno, en un estado de fatiga que permite sentir en lo hondo del diafragma su cálido paso, su segura y ardiente dispersión en nuestras arterias, es una sensación casi sagrada, a veces demasiado intensa para una cabeza humana, hace fluir en nosotros la sal secreta de la tierra y la lluvia del cielo"
Memorias de Adriano
Memorias de Adriano