El blog de Teresa. teresamonterde.blogspot.com

domingo, 28 de febrero de 2016

HOMO SAPIENS, BONOBOS Y CHIMPANCES



El planeta Tierra existe desde hace unos 4.500 MA (millones de años), y la vida en el mismo comenzó en sus formas más simples hace unos 3.700 MA. Los primates, el orden al que pertenecemos, existen desde hace más de 60 MA. Nuestra especie, homo sapiens sapiens, es una de las más recientes en pisar el planeta, con registros fósiles de hace menos de 200.000 años.


Bonobos descansando  junto al río.


TAXONOMÍA Y EVOLUCIÓN

Los chimpancés, son primates hominideos, junto con los orangutanes, los gorilas, los bonobos y los humanos. Estas 5 especies de primates somos conocidos como “grandes simios”. Los chimpancés y los bonobos (ambos género Pan) son los parientes evolutivos vivos más cercanos a nuestra especie, compartiendo un ancestro común con nosotros hace aproximadamente entre 4,5 y 6 millones de años. Homo sapiens, bonobos y los chimpancés compartimos un 98,8 % de los genes. 


                          Orangutan, gorila, homo sapiens, bonobo y chimpance


Los bonobos y chimpancés se separaron hace apenas un millón de años, pero, en sus comportamientos sociales son muy dispares. «Mientras el chimpancé es más agresivo, con episodios frecuentes de ‘guerras’ entre tribus y un fuerte componente territorial, el bonobo se caracteriza por su carácter pacífico y por su alto nivel de actividad sexual»,


Los territorios que ocupan los bonobos y los chimpancés en África central están muy próximos, separados solo por el río Congo. Se cree que la formación de este río pudo ser la causa de la evolución del antepasado de los chimpancés y los bonobos en dos especies de simios distintas.

COMPORTAMIENTO DEL BONOBO

Son animales muy sociales y viven en grupos conformados por machos, hembras y crías. Los grupos pueden ser de hasta 10 miembros y tienen una cultura matriarcal, es decir, las hembras tienen mayor estatus social que los machos.Estudios científicos han comprobado que esta especie de chimpancé manifiesta comportamientos de altruismo, empatía, paciencia, entre otras muestras que se creían propias del hombre.

Se comunican a través de sonidos, gesticulaciones y movimientos corporales, especialmente con las manos. Son capaces de reconocerse frente a un espejo y tienen gran capacidad de aprendizaje, pues se ha comprobado que pueden entender lexigramas (letras o símbolos que crean palabras) permitiéndoles el entendimiento con el ser humano.

El bonobo y el chimpancé común viven en áreas distintas de la selva, ya que este último presenta reacciones hostiles ante el bonobo y son mucho más fuertes que ellos.

REPRODUCCIÓN DEL BONOBO

Las relaciones sexuales ocupan un papel importante en la vida de estos simios. Ellos realizan diversas actividades sexuales muy similares a las del ser humano.

Tras un período de gestación promedio de 240 días, (8 meses) las hembras pueden dar a luz cada cinco años y ellas son las que se encargan del cuidado y alimentación de sus crías. Ambos sexos alcanzan la madurez sexual de los 13 a los 15 años de edad.

Los bonobos pueden vivir hasta 50 años de edad en estado salvaje.


AMENAZAS PARA EL BONOBO

Dentro de su hábitat natural, los leopardos y serpientes pitones son los mayores depredadores del bonobo, pero el ser humano es el que más está acabando con su especie, principalmente por su carne.


La caza furtiva y descontrolada es el motivo por el cual sólo existen cerca de 10 mil bonobos en África Central de donde son originarios y otros tantos están distribuidos en parques nacionales alrededor del mundo para evitar su extinción.

domingo, 21 de febrero de 2016

NO ABANDONES AÚN, ALMA MÍA.




Lucha, alma mía, por las horas y los instantes;

cada hora, cada instante, puede dártelo todo;

mira a ese capitán, mira cómo reúne

sus legiones dispersas después de la batalla,

mira qué fiesta organiza en el campamento;

sabe sin embargo que la desgracia está cercana,

y que él mismo caerá a tierra con la bandera rota,

sabe que muy pronto abandonará su querida tierra;

pero él no piensa en la derrota, y ríe, y canta;

en el campamento, la fiesta es cada vez más hermosa.


R.L. Stevenson

miércoles, 17 de febrero de 2016

EL CASORIO DEL PIOJO Y LA PULGA (CUENTO PARA NIÑOS)





La historia del casorio del piojo y la pulga nos la contaba mi abuela cuando eramos pequeños.

No tener nada y conseguirlo todo gracias a la solidaridad de todos los vecinos, claro que, no todo

sale bien en esta boda; la dicha nunca es perfecta...

Pertenece a la tradición oral y es muy probable que ella la aprendiese de su familia. Se llamaba

Mariana Castillo, nació en el pueblo de Romanos, Zaragoza. Yo la aprendí en su casa de 

Lagueruela, y estoy segura que a ella le encantaría compartirla con vosotros.



El piojo y la pulga se quieren casar,

y no hacen la boda por no tener pan.

Contesta la hormiga desde su hormiguero:

—Hágase la boda, yo traigo un granero.

—Contentos estamos que pan ya tenemos,

nos falta la carne, no nos casaremos.

Contesta el lobo desde su lobera:

—Que siga la boda, yo traigo un cordero.

—Contentos estamos que carne tenemos,

por falta de vino no nos casaremos.

Contesta el mosquito desde la bodega:

—Que siga la boda, yo llevaré el vino.

—Contentos estamos que vino tenemos

nos falta quien guise no nos casaremos.

Contesta la chinche desde una estera:

—Que siga la boda, yo soy cocinera.

—Contento estamos quien guise tenemos, 


nos falta el gaitero, no nos casaremos.

Contesta el ratón en su ratonera:

—Que siga la boda, yo seré el gaitero.

—Contentos estamos gaitero tenemos,

nos falta madrina, no nos casaremos.

Contesta la gata desde la cocina:

—Que siga la boda, yo soy la madrina.

Contentos estamos madrina tenemos,

por falta de cura no nos casaremos.

Contesta el escarabajo desde la basura:

—Que siga la boda que yo seré el cura.

Y siguió la boda con gran regocijo;

y a la mejor jota y al mejor bolero

llegó la madrina y se comió al gaitero.



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lunes, 8 de febrero de 2016

EL VIAJE DE CARSTEN JENSEN


              TODOS SOÑAMOS CON SURCAR LOS MARES. 


Laurids le vio el culo a san Pedro. Voló hasta el cielo y estuvo ante las puertas del paraíso, pero volvió de allí, y su mente debió de sufrir algún daño. No es bueno para nadie estar en el umbral de la muerte y tener que regresar. Laurids debería haber muerto, pero como la muerte no lo quería, se convirtió en otra persona.

La playa de Marstal, Dinamarca
La historia comienza en tiempos de la guerra entre Prusia y Dinamarca, en 1848-1849. Inflamados de patriotismo, los habitantes de Marstal responden alegremente a la llamada de su rey, en calidad de marineros. El libro se extiende hasta la Segunda Guerra Mundial. A través de una serie de personajes inolvidables, hombres que se hacen a la mar, mujeres que esperan, niños que aguardan impacientes su turno de navegar y viejos que han regresado. Jensen, el autor encadena historias que van de lo épico a lo sentimental. Son historias entrelazadas de coraje, de amistad, de amor y de lealtad que te dejan emocionalmente embelesada, como si te revolcara una gran ola.

Un golpe de mar nos arrojó contra el arrecife. Se oyó un estruendo en todo el barco y el último mástil cayó por la borda tras unos bandazos. Una masa espumeante barrió la cubierta arrastrándome hacía la borda en su  camino de regreso al mar. El barco no volvió a enderezarse. Todo se despedazaba por momentos. Pronto no quedaría en el arrecife ni un rastro que diera testimonio de nuestro naufragio.

Vacilé antes de abandonar la cubierta. El mar ascendía y descendía sobre el arrecife. Sentí que una fuerza me arrastraba hacía abajo, y los afilados corales me raspaban los pies. Después, la presión del agua me empujó hacía arriba. Al emerger vi que la balsa estaba a solo un par de metros de mí. La alcancé con un par de brazadas, y los polinesios me ayudaron a subir. El arrecife submarino que había detenido el barco dejo pasar la balsa plana. Pronto nos hallamos en la vasta bahía, pero había calculado mal al creer podríamos sentirnos seguros. El arrecife rompía a medias el ritmo del oleaje, sin detener su avance. En la bahía las olas eran tan grandes como en el mar abierto.

La balsa montada a toda prisa, empezó a ceder. Las amenazadoras nubes de color violeta, habían apagado la luz del sol. La tormenta se hallaba en su apogeo, y la costa, aunque próxima, no nos proporcionaba ninguna protección. 


Entonces la ola rompió con el rugido de mil cascadas. La balsa desapareció de repente debajo de mí. Me precipité entre el cielo y el mar, que de pronto intercambiaron posiciones.

No puedo decir que todo se oscureciera; más bien todo se puso verde como el mar tropical. Pero sí que estuve lejos, en algún lugar perdido de la memoria donde nada sucedía. Cuando recuperé la conciencia estaba en brazos de uno de los polinesios.


Carsten Jensen nació en Marstal, Dinamarca, en 1952. Hijo del capitán de un buque de carga, Jensen se dió a conocer como periodista. Ha sido reportero en China, Camboya, Iberoamerica, las islas del Pacífico y Afganistan. Nosotros, los ahogados (2006) ganó el Danske Banks Litteraturpris, el más prestigioso premio literario danes.

Sucede con frecuencia que a un marino le preguntan por qué se ha quedado en tierra, éste siempre responderá que no se ha quedado en tierra, sino que había cambiado una cubierta pequeña por otra más grande. El mundo entero avanzaba igual que un barco en el mar, y la isla no era más que un barco en el infinito mar del tiempo, camino del futuro.
América, todos hablaban de América en aquellos años y muchos emigraron. Nosotros también zarpamos, pero no para siempre. En su tiempo construimos nuestras casas muy cerca unas de otras en la orilla de la playa, porque no había sitio para nosotros en ninguna otra parte. Los campos estaban ocupados por hacendados y campesinos. Nosotros sobrábamos. De modo que dirigimos la mirada hacia el mar. El mar era nuestra América, más extenso que cualquier pradera, tan indomable como el primer día de la Creación. No tenía dueño. 


El pueblo costero de Marstal, al sur del país, es conocido por sus aguerridos y expertos marinos, sus hijos surcaron todos los mares del mundo y trajeron con ellos historias y objetos maravillosos. El gorrión es el símbolo de Marstal y de sus marinos, ya que este humilde e insignificante pajarillo lo encuentras en todas partes. ¿Qué podía echar de menos Laurids Madsen en la pequeña metrópoli de Marstal? Podía sentarse en un banco junto al puerto y conversar con Chistian Aaberg, que fue el primer danés que atravesó África a pie, o con Nielsen que acababa de volver a casa tras pasar diez años en las costas de Japón.

En "Nosotros, los ahogados" Jensen nos narra con humor y realismo una serie de sucesos extraordinarios en el eterno afán de los hombres por conquistar lo desconocido.


Carsten Jensen, Nosotros, los ahogados. Salamandra, Barcelona, 2010. 698 pp

martes, 2 de febrero de 2016

¿DE DÓNDE VIENE ÉSTE ODIO-MIEDO A LAS MUJERES....?


Sé que el tema es complejo y que viene de lejos, no pretendo agotarlo. Que más quisiera yo que aclarar la cuestión de tal enfrentamiento. Dar un poco de luz, con eso me conformo. La convicción que tengo de que las religiones han hecho lo imposible por mantener al  sexo femenino bajo el yugo del hombre, es una gran certeza. No importa si miramos la religión judía, la cristiana o la islámica, todas adoradoras del mismo dios déspota, mandón, que castiga si no sigues sus leyes. Todas ellas son para mi las responsables de haber mantenido, y seguir manteniendo a la mitad de la humanidad, que somos las mujeres, en un estado crónico de indefensión. De negarnos razón e inteligencia y del robo, con todo tipo de agravantes, de la libertad. Las religiones monoteístas, las adoradoras del solo dios, nos han negado siempre la libertad de ser seres humanos libres, de tener alma, de tener emoción. Todo esto, a través de mil años. Nos designaron a la tutela de -padres y maridos-, a la sumisión, a la estrechez de miras, al machismo y al vacío existencial. Tener capacidad y no tener derechos. Esta escisión vital no puede ser inocua, conlleva sufrimiento, alienación, locura y mil trastornos más.

No deja de ser curioso que el odio a las mujeres sea similar a una variación sobre el odio a la inteligencia, a lo que se suma el odio a todo lo que nosotras representamos para los hombres: el deseo, el placer y la vida. Incluso a la curiosidad: se denomina "hija de Eva" a toda mujer curiosa. Ella da deseos y también da la vida; a través de ella se perpetúa el pecado original, que como asegura Agustín de Hipona, se transmite desde el nacimiento en el vientre de la madre. Otra culpa que recae sobre nuestro sexo.


¿Habrá que ver en ese odio-miedo a las mujeres, compartido por las religiones monoteístas, la consecuencia lógica del odio a la inteligencia? Volvamos a los textos: el pecado original, la culpa, la voluntad de saber, se deben primero a la decisión de una mujer, Eva. Adán, el tontorrón, se queda satisfecho con obedecer y someterse. Cuando la serpiente habla,- lo cual es normal, sabido es por todos que las serpientes hablan-, se dirige a la mujer y entabla un dialogo con ella. Serpiente tentadora, mujer tentadora, por lo tanto mujer tentadora para toda la eternidad; es un paso fácil de dar...

Éstas religiones prefieren mil veces el Ángel a la Mujer. Mejor un mundo de serafines, tronos y arcángeles que un universo femenino. Nada de sexo. La carne, la sangre y la líbido se asocian de forma natural con las mujeres, y proporcionan al judaísmo, al cristianismo y al islam ocasiones para establecer lo lícito y lo impuro, y así atacar el cuerpo deseable, la sangre de las mujeres liberadas de la maternidad y la energía hedonista. La Biblia y el Corán se regodean en estos temas.

Las llamadas religiones de libro -Torá, Biblia y Corán- detestan a las mujeres: solo aman a las madres y a las esposas. Para salvarlas de tanta negatividad solo hay dos soluciones - de hecho, una en dos tiempos-, casarse con un hombre y darle hijos. Cuando atienden a su marido, cocinan y se ocupan de los problemas del hogar, y además alimentan a los niños, los cuidan y los educan, ya no queda lugar para lo femenino en ellas: la esposa y la madre matan a la mujer. Con eso cuentan los rabinos, los curas y los imanes, para tranquilidad del varón.

Eva también aparece en el Corán como mujer de Adán, pero nunca la nombran... ¡lo innominado es innombrable! fue creada en segundo lugar, como un accesorio, de la costilla de Adán. Primero el macho, y luego el resto, la migaja: la hembra. El orden de llegada, la insignificancia existencial, la responsabilidad de la culpa, todo agobia a Eva. Desde entonces, paga el más alto precio.

Su cuerpo está maldito y ella también. Los cristianos sometieron a discusión en el Concilio de Macón en 585 un ensayo en el que se intenta demostrar, que las mujeres no somos criaturas humanas... No se sabe si el ensayo sufrió algún cambio. Basta con conocer las innumerables imprecaciones misóginas de Pablo de Tarso...-, pero la prevención de la Iglesia contra las mujeres sigue siendo de una actualidad siniestra. 

De aquellos polvos provienen estos lodos. Poco tenemos que agradecer las mujeres a la Iglesia y a sus patriarcas. Quizás, habernos relegado al olvido y al ninguneo durante miles de años. Condenarnos también a la alienación, a la culpa, a la histeria. Aún hay algún imbécil hoy, que se cree con derechos sobre nosotras, por seguir la tradición, por creer el hecho mil veces falseado, de ser los primeros sacados de la nada, a imagen  y semejanza de Dios.

Hombres que juegan a ser dioses con la vida de las mujeres, ultrajando, castigando, violando y llegando incluso a darles muerte. La dignidad de las personas está en juego y no está en la religión la solución del problema, más bien al contrario, su invención, su dogma y doctrina son las causantes del problema.